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martes, diciembre 25, 2007

Vengo de ronco tambor...


Vengo de ronco tambor..., originalmente cargada por Rashuli.


vengo de ronco tambor de la luna
en la memoria del puro animal
soy una astilla de tierra que vuelve
hacia su antigua raíz mineral

vengo de adentro del hombre dormido
bajo la tierra gredosa y carnal
rama de sangre, florezco en el vino
y el amor bárbaro del carnaval

Yo quiero luz de luna,
para mi noche triste,
para pensar divina
la ilusión que me trajiste.
Para sentirte mía...
mía tu, como ninguna,
pues desde que te fuiste
no he tenido luz de luna.

Yo siento tus amarras
como garfios, como garras
que se ahogan en la playa
de la farra y el dolor,
y llevo mis cadenas a rastras
en la noche callada,
que sea plenilunada
azul como ninguna,
pues desde que te fuiste
no he tenido luz de luna.

domingo, diciembre 02, 2007

Baños de Doña María de Padilla


Baños de Doña María de Padilla, originalmente cargada por Rashuli.

Doña María de Padilla nació en Sevilla hacia el año 1334, falleciendo en la misma ciudad en el año 1361. Amante del rey de Castilla, Pedro I el Cruel, tres días después de su matrimonio con Blanca de Borbón en 1353, el rey la dejó para reencontrarse con su amante, María, lo que ocasionó que el rey fuera recriminado por el papa Inocencio VI, a la vez que aumento la tensión e ira del pueblo, al encarcelar a su esposa.

La leyenda indica que muy posiblemente, María de Padilla mandara asesinar a Blanca de Borbón. Pedro I tuvo con María de Padilla un hijo (Alfonso) y tres hijas. En 1392 Alfonso fue designado heredero legítimo de la corona, al tiempo que Pedro I negociaba su matrimonio con la hija de Pedro IV de Aragón.

Al año siguiente obtuvo que las cortes de Sevilla reconocieran su anterior matrimonio con María Padilla y por tanto la legitimidad de su hijo, quien murió durante el desarrollo de estos hechos. Las tres hijas de María Padilla conocieron diversos destinos: Beatriz entró en una orden religiosa, Constancia se casó con el duque de Lancaster e Isabel se casó con el duque de York.

En julio de 1361 murió doña María de Padilla "de su dolencia", como dice Ayala en la Crónica, es decir, de una enfermedad natural que no es posible saber cuál fuera. Pedro I la lloró mucho porque, en definitiva, fue su único y permanente amor.

Tanto que un año después, en Cortes celebradas en Sevilla, declaró ante los nobles que su primera y única esposa había sido doña María de Padilla. A1 arzobispo de Toledo le parecieron buenas estas razones y allí encontró Pedro I unas Cortes dispuestas a ratificar lo afirmado por el rey. Pero enterrada en Astudillo, donde doña María de Padilla había fundado un convento, demuestra que a su muerte aún no la consideraba como reina. Posteriormente fue trasladada a la capilla de los Reyes de la Catedral de Sevilla.